Un año más nuestras amigas y compañeras las grullas han dejado la Laguna de Gallocanta triste sin su sonido diario. Aunque ya hace unos meses que las grullas emprendieron su camino hoy hemos querido recordarlas en Aragón de Propio.
Todo sobre las grullas
Las grullas, estas escandalosas y numerosas aves, nos vienen a visitar para invierno. Dejan atrás lugares fríos buscando la calidez de nuestros parajes aragoneses. Las grullas que llegan a la Laguna de Gallocanta vienen de zonas pantanosas en Alemania, Estonia, Finlandia, Noruega, Polonia, Rusia y Suecia. Cuando allí se reducen las horas de luz y con ello llega el frío invierno, de octubre a diciembre, nos vienen a visitar.
Anualmente nos visitan 130.000 aves en España.
Estas aves vuelan alto, pueden alcanzar hasta los 9.000 metros, por eso hay veces que las escuchamos sin verlas. Solo emprenden el viaje las grullas que están en plena forma pues recorren más de 4.000 km.
¿Por qué las grullas eligen la Laguna de Gallocanta?
La Laguna de Gallocanta en Zaragoza, entre la comarca de Campo de Daroca y Jiloca, es el paraje escogido por muchas de ellas.
¡Entre 20.000 a 60.000 ejemplares eligen esta preciosa laguna aragonesa!
Aquí se alimentan de semillas e insectos que con sus largos picos son precisas engullendo. La Laguna de Gallocanta es una reserva natural de 7km x 2km con una profundidad media de 70cm debido a su alta concentración de sal imposibilita cualquier presencia de peces, aún así es rica en aves, reptiles, anfibios y mamíferos entres sus balsas y arroyos.
Esta laguna puede acoger más de 220 especies de aves donde se pueden apreciar buitres, grullas, águilas, abubillas y fochas.
En el invierno de 1998 se pudieron cifrar unas 400.000 aves. ¡Alucinante!
Los mamíferos también hacen presencia y son numerosos los corzos, comadrejas, zorros y gatos monteses, menos frecuentes los ciervos, jabalíes, martas, tejones y conejos.
Si estas pensando en hacer una visita a la Laguna de Gallocanta te recomendamos que cuentes con unos prismáticos pues te serán de gran ayuda para no perder ningún detalle. En época de migración hay que evitar “molestarlas” ya que un simple vehículo hace cambiar el itinerario de las aves.
Las grullas nos dejaron en febrero y como no la Asociación de Amigos de Gallocanta no podía despedir a sus amigas sin celebrarlo. Se van a criar y a pasar la primavera y el verano al norte, muchas de ellas harán una última parada en el embalse de la Sotonera antes de emprender el vuelo al norte a través de los Pirineos.